viernes, 9 de diciembre de 2011

Se me olvidaba que no volverías...


Aún recuerdo esos besos. Esa manera de agarrarme la mano tan peculiar. Esa forma de la que me mirabas, que con tan sólo eso, sabía cual era tú estado de ánimo y tú el mio. Que a pesar de todas las batallas que hemos jugado, en todas ganamos. Todas, menos esta. Perdimos mutuamente, nos perdimos. No nos supimos encontrar, y nos ganaron las ganas de perdernos. Y ahora me arrepiento de no haberte dicho doscientas una veces al día que te quería, porque no sabía que doscientas no serían suficientes. Aún me arrepiento de no haberte abrazado lo suficientemente fuerte como para que no te olvidases de que ahí estaba yo para entregarte todo. Y después de todo este tiempo, me he convencido a mi misma, que por muchas cosas que quiera cambiar, esta no puedo. Y que a pesar de todo, me tengo que ir haciendo a la idea que ni tu, ni tus abrazos, ni tus besos, ni tus miradas, volverán.

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