Son las 20:02. Seguramente, tu mente ni siquiera se acuerde de mí. Seguramente tú mente no esté pensando constantemente en mi nombre, ni en mi mirada como piensa mi mente en ti. Mientras que yo me rompo la cabeza porque no puedo parar de hacer que retumbe tu nombre entre las paredes de ella. Mientras que yo muero por que tu te enteres de una vez que te quiero y que te adoro. Mientras que yo pienso lo feliz que serías conmigo, los besos que te daría, los sueños que te haría cumplir. Mientras yo pienso en ese final feliz de los cuentos que acaban mal. Mientras que yo me ilusiono a mas no poder contigo. Y pensando todo esto, mis lágrimas caen por mi cara. Sé perfectamente que yo te haría feliz, lo suficientemente feliz para que tú jamás te pudieses ir a la cama sin haber sonreído. Pero mientras yo me hago falsas ilusiones, y creo mi propia historia, tú seguramente estés pensando en como conquistar a la chica por la que mueres. Y desgraciadamente, esa chica, no soy yo.